domingo, 4 de enero de 2015

The purity of a little feeling: 18-.Que confuso {Taemin}

Era completamente confuso. La verdad si ni siquiera podía explicar con claridad que rayos era lo que había hecho. Aunque no lo pensara y lo volviera a repensar no podía encontrar una respuesta razonable a mi desvergonzada acción, sí, la encontraba desvergonzada. Vamos ¿Quién besa a al otro cuando este no está consciente? Sí, la había besado. Realmente no sabía de dónde había salido aquello. El día junto a Haneul había sido único, hermoso y divertido. Nunca creí que me fuera a divertir tanto con una chica y menos con ella, quien yo creía que me tenía algo de rencor y odio. Sin embargo yo sabía que muy dentro de ella había algo distinto, algo que no cualquier persona tiene, un alma pura y linda que se escondía detrás de todas sus molestias y reclamos en contra de todo.
Nunca se me cruzó por la cabeza que algún día llegaría a mostrarme su dulce lado con totalidad. Yo sentía que le debía mucho, me había ayudado un poco cuando estaba triste, me había animado a que siguiera adelante, aunque siempre me dejara en claro que lo que había hecho daba derecho a llamarme “idiota”, no obstante, no me molestaba que me llamara de esa forma porque en cierto modo también aceptaba que yo había actuado como uno, pero eso ya que mas daba.

Sinceramente cuando la vi sonreír de esa forma tan especial que tenía, haciendo que todo a su alrededor sea más iluminado de lo que comúnmente es…había llegado a una parte desconocida de mi interior iluminándola un poco haciendo que aminorara cualquier sentimiento de angustia que llevaba clavado en el pecho.

Mi concentración estuvo fallando a los siguientes días, a cada segundo mi mente volvía a llenarse de preguntas y confusiones. Aun no quitaba de mi mente esa imagen y seguía preguntándome por qué lo había hecho. Y porqué eso, muy en el fondo, se había sentido muy bien. Parecía que no lo quería creer.

Supuse que el hecho de que me dispusiera a tomar mis cuadernos y estudiar sería un medio para quitar todo aquello de mi cabeza. Como también el que llegara a la escuela y que me concentrara al cien por ciento a las clases –más de lo que acostumbraba- para hacerme creer que mi mente no tenía ninguna preocupación más que estudiar de lleno. Pero, no fue así. Comencé leyendo un poco de lo que habían enseñado en la clase mientras los profesores no hacían más que hablar y hablar. Cuando ya iba en la segunda página levante la vista con expresión perpleja. No había entendido ni la mitad de las cosas que había leído, ni siquiera había logrado captar lo que quería enseñar el profesor. Mientras suspiré desganado maldije en silencio entre que me medio rendía a tratar de concentrarme adoptando una imagen de fingida atención a lo que hacía el profesor. Efectivamente ese día no me podría centrar.

El corazón me dio un vuelco al momento en que tocaron el timbre. Tenía miedo a encontrarme con Haneul. La verdad no sabía de que debía temer si ella no se había dado cuenta de nada pero yo no lograba quitar aquello de mi cabeza, realmente me sentía culpable y me sentiría peor si llegaba tranquilamente a hablarle como si nada hubiese ocurrido cuando sí que había ocurrido. En la mañana me las había arreglado para evitar irme con Haneul, Sohee y Yun levantándome lo más temprano que podía para no cruzarme con ellas. No podía soportarlo.

Mientras caminaba por el pasillo tarareaba una vieja canción tratando con mucho esfuerzo de actuar natural y que no parecía un idiota si me llegaba a cruzar con Haneul. Cosa que quería evitar a toda costa, no obstante, debía tener en cuenta de que algún momento terminaría encontrándome con ella ¡Estábamos en la misma escuela! Entonces era algo ilógico creer que me podría esconder sabiendo que ella estaba en el mismo lugar…no tenía salida y me sentía algo estresado por lo mismo.

—¡Hey Taemin! —escuché de repente a mis espaldas.

Todo mi cuerpo se tensó al creer que se trataría de Haneul, sin embargo, no evité reír un poco al percatarme que se trataba simplemente de Jungmin ¿De verdad estaba tan mal? Jungmin un chico de contextura delgada, usaba lentes y tenía unos rasgados ojos que le hacían ver su rostro muy lindo. Este era el que tenía un como más de afinidad conmigo, era un poco más unido a mí que los demás, no era que desmereciera a los demás, si no que él era de los amigos que están contigo siempre que se le necesitan.

—¿De qué te ríes? ¿Tengo algo gracioso? —dijo él con un divertido rostro sin entender porque yo había reído y no tardé en negarle dejándole claro que no se trataba de nada.

—Vamos que nos perderemos el tiempo para comer y dicen que hoy hay buena comida en la cafetería —se me ocurrió decir al tiempo que esbozaba una sonrisa un poco forzada para que no notara de que algo extraño llevaba en mí ese día.

No sabía si sentirme mal o bien. Estaba usando el punto débil de mi amigo para hacer que olvidara que yo acababa de reírme sin razón alguna y que comenzaba a actuar de una forma forzada e incómoda. A él le encantaba comer, fuera cual fuera la comida. Nunca pude entender como era así de delgado si siempre se llevaba comiendo gran cantidad de cosas. La verdad yo no era tan distinto a él, simplemente que yo no corría gritando como una chica cada vez que nombraban el comer algo y solo comía porque, simple, tenía hambre.

Varios de nuestros amigos se nos unieron en un lado de la gran mesa. Con sus bandejas se acercaron haciendo ruido, como era de costumbre, pasaban haciendo bromas y tirando gran cantidad de risotadas por lo que se podría decir que ya venían riéndose de alguna cosa y por como a uno de ellos se le cae la comida. Era divertido pasar el tiempo junto a ellos y bromear junto a ellos, aunque generalmente no fuera tan participe de sus conversaciones me empeñaba en tratar de reírme junto a ellos haciendo alguna que otra tontera. Por lo que siempre se me veía sonreír.

—¿Y qué paso con Yun? —dijo de un momento a otro Jungmin con la boca llena, mirando su comida mientras en su mano tenía un hueso de pollo. Abrí un poco los ojos por la sorpresa, había olvidado que este sabía todo sobre lo que yo sentía por Yun y sobre que me le había confesado…

—Ah…nada, yo solo…creo que no he hablado mucho con ella últimamente —le contesté asintiendo entre que trataba de tomar mi refresco y calmar el temblar de mi mano. Aquello me había puesto algo nervioso, más aun si se disponía a hablar de ese tema en medio de todos los demás chicos.

—Por eso siempre te digo —se metió un poco de arroz a la boca —nunca creas en el amor si no es correspondido. Al menos que haya oportunidad de ganar su corazón, porque si no la hay, no hay nada —ríe y agrega — a no ser que se trate de comida, ese amor si es verdadero —sonríe saboreando su comida — creo que cuando salga de la escuela me casaré con una cocinera.

No pude evitar tirar una carcajada a las barbaridades que estaba diciendo Jungmin mientras comía. Había veces que sentía que tenía la razón aunque me costaba entender que era lo que quería decir con eso, yo no sabía muy ordenar lo que se llamaban “mis sentimientos” entonces me hacía bolas. Sin embargo, esta vez, quizás tenía razón. Yo me había lanzado a confesarle a Yun mis sentimientos sabiendo que no sacaría nada con ello, finalmente me había auto dañado y lo tenía claro desde antes que no saldría bien de aquello, pero algo dentro de mi decía que debía ser sincero, ya no soportaba más tener que guardar lo que tenía dentro y todo aquello me había llevado a hacer todo eso…De un momento a otro, algo fuera de lugar, Haneul llegó a mi mente nuevamente, ese día increíble que había pasado con ella y su linda sonrisa. Rápidamente desvíe mi vista de Jungmin y sacudí mi cabeza con la esperanza de que así salieran volando mis pensamientos ¿Por qué cuando había logrado evitar pensar en lo que había hecho volvía a aparecer?

—En parte fue mi culpa ¿no? Yo me arriesgué y…ya sabes —dije algo desconcentrando mirando a ningún lugar en especial detrás de Jungmin quien se extrañó ante esto y volteó hacia atrás para ver qué era lo que me tenía tan concentrado.

Forzándome a mantener mi mente en blanco. Golpeé suave con la palma de mis manos en la mesa y miré a todos los lados de esta, todos mis utensilios, comida y todo eso. Tomé uno de los palillos y decidí darme con uno en la cabeza. Justo cuando hice esto Jungmin se había dado la vuelta y preocupado, por su puesto con la boca llena, me detuvo diciendo:

—Hey, hey, no tienes porque herirte por sentir culpabilidad por mirar a alguien —dice para luego despegar su vista de mi negando— ¿A quién mirabas que ha hecho que quieras golpearte? —río.

—¿Yo? —negué confuso—A nadie, no miraba a nadie en especial —contesté pero Jungmin me miraba con picardía y reí nervioso— ¿Por qué no me crees? ¡Hablo enserio!

—Tu voz suena nerviosa —dijo arqueando las cejas entre que daba un sorbo a su bebida con tranquilidad—¿Escondes algo Tae?

Hasta que finalmente pilló que algo me ocurría, aunque no como él lo creía, yo no miraba a nadie, solo estaba perdido en mis pensamientos. Perdido en mi confusión.

—Será que… —se da la vuelta y comienza a mirar a todos en las mesas que estaban en esa dirección. Al mismo tiempo uno de mis amigos le robó un poco de pollo y a silenciosas carcajadas me llevé el refresco a la boca.

—Será que ¿estabas viendo en esa dirección? —espetó Jungmin para luego apuntar con disimulo en dirección a una de las ultimas mesas que habían en ese gran salón. Divertido intenté ver qué rayos era lo que intentaba descifrar ese chico dirigiendo mí vista a ese lugar.

Lo que no creí que viera era que la mismísima Haneul estuviera sentada en ese lugar junto a su grupo de amigas y parecía hablar con normalidad junto a ellas. Mis entrañas hicieron de las suyas en mi interior y asustado fue como la bebida salió expulsada de mi boca dando de pleno en mi comida y en lo que quedaba de la de Jungmin. Sentí unas inmensas ganas de esconderme debajo de la mesa, sin importar que hubiera hecho un gran desastre en ella. No podía creer que tuviera la desvergüenza de comer en el mismo lugar que ella y para peor reírme como si nada. Inmediatamente Jungmin asqueado comenzó a reclamarme sobre su “grandiosa comida arruinada” pero yo no podía hacer nada, había quedado petrificado en mi asiento, mis ojos estaban algo abiertos. Me sentía nuevamente un idiota, un completo bobo y sí que estaba actuando como uno pero ¿Por qué ocurría todo esto? ¿Por qué todo estaba siendo de ese modo?

Al parecer la respuesta no quería revelarse ese día y quería que “sufriera” pasando obstáculos antes de que llegara a ella. Parado en frente de la entrada de la escuela a la hora de salida pensando en si ponerme audífonos o no, había aparecido mi pequeño primer obstáculo. Estaba de espaldas, no pensaba en nada más que llegar a casa y quedarme dentro hasta que se hiciera de noche y no noté nada a mi alrededor hasta que una vocecilla rompió mis nubes.

—Eh Taemin —sentí unos toquecitos en mi hombro y sin darme cuenta ya me había dado la vuelta para ver de quien se trataba. Al notarlo, sonreí forzado y tragué saliva con dificultad.

—¿Haneul? ¡Ho-hola! —dije fingiendo estar algo emocionado, aunque en cierto modo si lo estaba.

—¿Cómo es que lo preguntas bobo? Claro que soy yo —dijo molesta examinándome el rostro—¿Acaso perdiste la memoria?

—No, no, nada de eso. Es solo que… —desvíe mi mirada de la de ella—me pillaste desprevenido —reí.

—¿Te ocurre algo? —noté como en su rostro un ligero dejo de felicidad creció cuando luego de reír mantuve la sonrisa. Al mismo tiempo, sentí que dentro la incomodidad estaba aminorando ¿Qué? ¿Cómo pasaba eso?

—Insisto, nada, nada —dije negando divertido frunciendo los labios.

—No hagas eso, ya te creo —vi como sus comisuras se estiraron un tanto dando a conocer una tímida sonrisa.

—La verdad es que hoy he estado preocupado de las materias ¿recuerdas que en algunas semanas serán las pruebas finales? No me gustaría sacar bajas notas —dije hablando con fingida seriedad cosa que hizo que Haneul explotara en carcajadas— ¿Qué ocurre? —le dije sin entender que era lo que causaba gracia.

—¿De verdad quieres que te crea? Has hablado como si hubieras leído que decir. Babo, a la próxima di algo más creíble —me propinó un golpe en el hombro y se llevó una de sus manos a la boca para seguir riendo.

Algo en mi interior deseaba que siguiera sonriendo por siempre…”¿¡Que!?”

Finalmente por mas raro que me sintiera terminé sintiéndome un poco más cómodo a su lado. La verdad es que en ningún segundo se me quitaba la idea de que había besado a Haneul mientras dormía y amenazaba con aparecer todo el tiempo que estuviera a su lado. Aunque prácticamente era lo mismo que estuviera sin ella a mi lado, como si no lo estuviera. De una u otra forma terminaba recordando que había hecho tal cosa y no me lo podía perdonar por ser tan inconsecuente. No entendía nada ¿Por qué había besado a Haneul si me gustaba Yun? Era seguro que no me gustaba Haneul ya que al ver a Yun todavía mis latidos hablaban por sí mismos, pero con Haneul era diferente, era sentirse tranquilo, feliz ¿Feliz? La clave que estaba buscando ¿no?

Junto a ella camino a casa, cuando cómodos silencios nos hacían compañía recordé aquel día sábado, lo que había ocurrido y esta vez sin poder evitarlo.

Ese día luego de la salida junto a Haneul, cuando íbamos en el autobús, agotados de tanta diversión, Haneul había apoyado su cabeza en mi hombro. Aquel gesto me dejó pasmado. Ella no acostumbraba a hacer esas cosas, ni menos conmigo y realmente era sorprendente que se apoyara en mí. Al parecer estaba realmente cansada y estaba balbuceando cosas que juraría que después ni recordaría. Alegría y emoción me embriagaron. Si pudiera describir el sentimiento que tenía presente en ese momento lo haría pero era tan único que no sabía cómo explicarlo. Comenzaba a adorar que estuviera a mi lado, que fuera mi amiga, que fuera una de las personas de las cuales tenía mucho que agradecerles, que estuviera…ahí en ese momento. Sin pensarlo acaricié su cabello y sentí que al tacto con su sedoso cabello unas ligeras y cálidas corrientes se apoderaron de mi ser haciendo que mi corazón latiera aun más fuerte. Nunca había experimentado sensación igual a la que sentí. Se veía tan tierna entre media dormida y dormida que no aguanté las ganas de lanzar una pequeña risita para luego esbozar una media sonrisa. Tenía tanto que agradecerle, tanto que le debía por ser así conmigo. No me importaba si me trataba mal, es más, me dio lo mismo en ese momento. Con una mano libre tomé con delicadeza su fino mentón. Y observándola por algunos segundos un fugaz deseo se apoderó de mí. Quería besarla y finalmente lo hice. Apoyé con delicadeza mis labios en los de ella. No podía esperar nada de eso, lo sabía, pero aun así me había atrevido. Segundos después de eso el terror hizo de las suyas conmigo ¿Qué era lo que acababa de hacer? Inmediatamente mis mejillas se tiñeron de un suave rojo.

Los minutos que pasaron después de eso fueron un calvario, rogaba porque Haneul no lo hubiese notado, rogaba porque nada de eso hubiese ocurrido. Molesto apreté mis puños con fuerza. Intente tranquilizarme jugando en mi celular pero por alguna extraña razón no hacía más que perder todo el tiempo.

Al momento en que Haneul despertó casi muero de un infarto, creí que me golpearía o me comenzaría gritar muchas cosas malas. Sin embargo, no fue así. Solo se mantuvo algo perdida y preguntó donde estábamos ¿De verdad no había notado nada? La miré curioso por algunos segundos, sudando entero de los nervios, esperando que de algún modo ella reaccionara ante mi estupidez…pero nuevamente, no fue así.

“Probablemente estoy loco”

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