Era martes. Los días pasaban lentos. Las clases eran eternas. El día era eterno, en resumen. En clases no hacía más que pensar en Taemin…verdaderamente sentía mucha lástima y pena. Cualquiera en su lugar estaría así…pero yo estaba… ¿Nadie pensaba en eso ni yo? Me sentía peor, teniendo que esconder lo que sentía y al mismo tiempo negarlo dentro. Aun más si…él quería mucho a Yun. Era imposible que viera a otra persona en estos momentos, rotundamente imposible…menos a alguien como yo.
-¿Me queda bien este peinado?-interrogaba Sun al tiempo que presumía revoloteando coqueta su cabello ante el espejo.
Retumbó su voz en el casi vacío baño de chicas. Era poco común que ese baño estuviera poco habitado o repleto de chicas ante el espejo o con chicas secreteando en, por cierto es verdad, el lugar menos confiable para hablar de secretos ya que las chicas casi llegaban en grupos para escuchar escondidas de pie arriba los excusados simplemente por la razón de saberse hasta el último secreto de la escuela entera. Pero en este caso, solo nosotras nos encontrábamos en el baño, nos habían dejado salir antes de que dieran la hora de salida con la condición de no salir de la escuela antes.
-Hay vamos Sun siempre te queda todo bien ¿Por qué deberías dudarlo?-reclamó Young Seung apoyándose en los lavamanos que estaban enfrente nuestro.
-En todo caso-se me ocurrió decir.
-La chica más linda duda de lo linda que es...-espetó Young Seung con una figada preocupación-esto es muy grave.
-¿Ustedes dos están en contra mío o qué?-dijo Sun llevándose el cabello a un lado al darse vuelta a nosotras.
-No es eso…-rió Young Seung.
-Probablemente-alcancé a contestar al unisonó.
-Aish…no saben dar consejos…-se dio vuelta al espejo ofendida, comenzó a arreglar su cabello aun más.
-No peleen por favor, son cosas pequeñas-dijo pasivamente Yang Mi colocando sus manos en nuestros hombros.
-Yo no quiero pelear, solo doy mi opinión…-se excusó Young Seung y me miró cómplice.
-Sí, eso mismo-dije con desinterés.
-Hasta Haneul lo dice ¿ves?-se alegró Young Seung-solo damos opiniones.
-Pero sus estúpidas opiniones no sirven de nada-dijo Sun cortante sin mirarnos, aun se miraba su reflejo en el espejo.
Al cabo de unos minutos dieron el toque de timbre. Como era de esperarse un grupo de chicas entraron al baño. Cada una dirigiéndose a los retretes. Pensé en la mala utilidad que le dan a los baños y las miré con disgusto. Young Seung con un gesto de que mejor nos fuéramos nos indico la salida. Aun así yo ya me estaba dirigiendo a la puerta.
El pasillo volvió a estar repleto no como cuando anteriormente se encontraba, antes de entrar al baño.
-No salimos tanto tiempo antes del timbre-dijo Young Seung haciendo un puchero.
-Algo es algo-agregó dulce Yang Mi.
-Oh, creo que no tengo dinero para el autobús…-paró en seco Young Seung, seguida de nosotras.
-¿Qué? ¿Cómo rayos te pasa eso?-reclamó Sun.
-¿Enserio?-preguntó angustiada Yang Mi.
-Sí, es verdad…pero…-miró preocupada sus bolsillos de su suéter.
-Yo te presto, no te tomes la molestia de pronunciar las palabras, te leí la mente-contesté de sorpresa pero sin tono de emoción.
-¡Já! ¿Tu? ¿Cuándo wons has prestado?-rió Sun.
Ante su estúpida risa le pase el dinero a Young con lentitud.
-Para que veas que lo estoy haciendo-le dije.
-Para de hacer eso que es gracioso…-rió Yang Mi con ganas.
Young Seung intentaba quitarme los wons de la mano pero yo insistía en pasárselos lentamente. Quería que Sun viera que no miento. Odiaba que creyeran que mentía. Agregado mi intenso odio a esa persona, Sun, la linda Sun. Detestaba su falsa forma de ser, detestaba que fuera tan buena ante los demás pero cuando la conocías de mejor manera era la persona más horrenda del mundo…o tal vez exageraba.
Finalmente se los pasé con tranquilidad.
En la salida todo estaba como siempre, lleno de chicas y chicos amontonados en la salida.
-¡Estudiaré hasta no poder más!-escuché decir a una exaltada chica en las escaleras de la salida.
Realmente la gran parte de los alumnos estaban algo tensos por ese tema. Se veían las pruebas difíciles. No estaba nerviosa como lo demás, generalmente me va bien aun sin haber estudiado.
“Por lo menos si quieren la mitad de la nota ¿No deberían por lo menos poner atención en clases?”
-¡Haneul!-escuché levemente.
Pensando en lo que probablemente entraría en las pruebas y prestando poca atención a que alguien me había nombrado, algo me interrumpió chocando a mis espaldas. Me moví hacía adelante bruscamente. Al mismo tiempo abrí un poco los ojos al darme cuenta que ya estaba cerca del metro.
-¿Qué diablos…?-me voltee enrabiada.
-¡Mianhe, mianhe!-se asustó el pobre chico, Taemin.
-Aish…por qué no puedes llamarme como la gente normal, no empujando-protesté.
-No, no, me empujaron ¡Mianhe!-insistía.
-No te perdono-sonreí sin querer hacerlo y tapé mi boca-bueno…-moví la cabeza-¿Qué quieres?
-Ah yo…pues-miró a todas partes nervioso.
-Taemin odio que no hables de una vez-dije quitando la mano de mi boca.
-Está bien, seré directo. Te quería agradecer por lo de ayer-dijo con una ligera sonrisa sincera.
-Taemin, no es necesario-reí.
-¡No, es completamente necesario!-dijo abriendo un poco los ojos.
-Sabes que cuentas conmigo…-le interrumpí colocando mi mano en su hombro.
-Lo tengo en cuenta-sonrió dulcemente también colocando su mano en mi hombro.
Me sorprendí.
De un momento a otro una intensa mescla de mariposas comenzó a poblar mi estomago. Recordé lo que había sucedido hace un día, comencé a recordar que había consolado a Taemin, que lo había abrazado, había sentido sus brazos alrededor en ese simple pero verdadero abrazo…que había podido ayudarlo por lo menos un poco. Ahora él se encontraba frente a mí agradeciéndomelo y diciendo que ya confiaba en mí. Posiblemente para mí eso fue realmente maravilloso. Por un momento Taemin había considerado pensar en mí. Saqué mi brazo de su hombro y sentí como mis mejillas se sonrojaron solas.
“Maldición, aquí voy de nuevo. Taemin te odiaré de por vida…”-sonreí de todas formas.
-Y de recompensa te regalaré algo…-miró su bolsillo y rió-con lo que me queda de dinero-reí también.
“Ahora me hace reír, realmente cada vez me haces caer más…”
Ahí íbamos, los dos con nuestros uniformes, con mochilas y caminando lentamente. Me preguntaba donde me llevaría a comer, si me llevaba a algún lugar que detestara le daría un golpe bien merecido-reí-no, solo me negaría cortésmente.
-¿Cómo estás para las pruebas?-preguntó Taemin mientras caminábamos.
-Bah, bien, siempre me va bien-contesté firme.
-Que segura Haneul…-rió-algún día te irá mal y ahí quedarás.
-¡Hey! ¿Qué te pasa?-intenté golpearlo pero se alejo riendo, me hiso echar una risa pequeña sin cambiar mi cara de molestia fingida.
-Yo solo digo…-se encogió de hombros-a veces pasa.
-Le ocurrirá a Taemin pero no a Haneul-dije aguantándome el reír.
-¿Estas con esas?-dijo desafiante mientras reía-No seas tan mala…
-No soy mala, solo digo la verdad-dije presumiendo fingidamente.
-¿Me estas obligando a aceptarlo?-preguntó sonriendo Taemin.
-Exacto-reí por fin-babo.
-Aish…no me dejas opción-miró al cielo y luego a mí-lo acepto…por Haneul.
-¿Por qué por mi babo?-dije extrañada mientras sonreía.
-¿Tu no me obligaste?-dijo extrañado.
-Estaba bien con un “lo acepto”-reí.
-Ah…-miro a todas partes nervioso-lo encontré necesario-sonrió afirmando.
-Babo Taemin-le golpee el brazo.
Nos detuvimos enfrente de una pequeña pastelería que quedaba cerca de una esquina la cual nunca había visto. Creo que sin darme cuenta habíamos llegado a un lugar desconocido para mi curiosa vista. Wow, creo que me faltaba mucho que conocer. En la vitrina había distintos colores y diseños de pasteles o cosas dulces. Acertó Taemin, no se lleva el golpe.
Entramos, pero yo con un poco de incomodidad. El hecho de tener que elegir una cosa en todas las que había en ese lugar me perturbaba. Taemin entro ansioso y emocionado, yo entre sonriendo a penas. Miré cada uno de los pastelitos, se veían exquisitos.
-Taemin ¿Por qué das este sufrimiento?-le pregunté molesta tomando un pequeño panquesito y observándolo.
-¿Enserio? Creí que te gustaría…-se preocupó mirando el quequito también.
Reaccioné.
-¡No malinterpretes mis acciones babo!-reí-te digo que no se cual elegir porque todos son exquisitos.
-Ah…Ahora entiendo-rió tapándose la boca a medias con la mano mientras reía.
Torne los ojos en blanco.
-Aish…este chiquillo-reí devolviendo el pastelito.
-Yo te lo elegiré-dijo decidido Taemin yéndose de mi lado.
-¡Ya! (oye)-le exclamé.
Ganó él. Eligió un no tan pequeño pero si del tamaño de mi mano pastelito de chocolate. Bueno, no me gustaba mucho el chocolate pero aun así me lo comería con ganas. Esa tarde había sido realmente agradable comparada con las demás en las que vivía solo soledad.
-La pasé muy bien-decía Taemin mientras caminábamos de vuelta al metro.
-Eso es bueno…-sonreí. Pero cambié la sonrisa al pensar en lo que había dicho, había recordado a Yun.
-Mas que bueno-respondió Taemin seguro.
Lo miré sorprendida.
No lo había observado bien en toda esa tarde. Aunque tuviera un dejo de tristeza y palidez en su rostro su sonrisa era radiante o alcanzaba a ser una. Me sentí agradecida de haber sido yo quien lo había consolado al día siguiente de haberse declarado a Yun. No quería decir que pensaba que ya se le había quitado todo a Taemin, no, eso es imposible. Debe doler, pero estaba completamente feliz de poder ser yo quien lo podía ayudar de alguna forma. Haría lo posible para hacerlo. El me sonreía mientras caminábamos y yo también. Ya no podía esconder que estaba enamorada de ese idiota desde hace mucho tiempo. Sentí la bolsa en la que se encontraba el pastelito.
Me interrumpieron. Mientras caminábamos, una intensa mirada desde el otro lado de la calle nos miraba inquieta. Un chico, que poco podía ver, estaba nublado, permanecía parado observándonos, reconocí el uniforme. Intenté mirarlo de distintos ángulos pero Taemin se alarmó diciendo “¿Qué estás haciendo?”, solo se me ocurrió decirle que quería ver del otro lado de la calle para nada.


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