domingo, 4 de enero de 2015

The purity of a little feeling: 11-.¿Celos? {SoHee}

Probablemente ya todas se tienen que haber ido a sus respectivos lugares, como siempre. Hace mucho tiempo que Yun, Haneul y yo que ya no nos vamos juntas. Creo que la última vez fue hace dos años o tres. La verdad no sé exactamente pero recuerdo que nos íbamos juntas caminando casi al mismo ritmo, era divertido, reíamos juntas por el camino de esas mismas calles en las que mis pies estaban en movimiento. Muchos tropezones, bromas, carcajadas nos habían ocurrido en esa calle, la calle que dirigía al bendito metro, maldita calle que me estaba haciendo sentir angustia al tener esos recuerdos grabados en su pavimento. Y cuando alguna de nosotras estaba peleada con la otra era difícil separarse en la hora de salida ya que este camino nos unía de todas maneras; si ocurría esto simplemente omitíamos palabra entre las tres al ir en la misma dirección obligatoriamente alguna quedando alguna de nosotras sin poder hablar con ninguna de las dos.
No duraba mucho el enojo ya que éramos unas niñas y simplemente se nos olvidaba el enojo al otro día, ojala fuera todo así ahora. A medida que crecíamos ya cada una se fue separando por diversos motivos; amigas, chicos o el estar alejado de la familia para creer o suponer que ya éramos grandes, que estupidez. Yun y Haneul tenían grandes amigas o tal vez alguna de ellas lo fuera pero en comparación conmigo, yo no tenía muchas amigas o amigos, solo mis compañeros y compañeras de curso o por suerte alguien de la escuela. Siempre sufrí por este motivo simplemente por una razón muy simple, era demasiado tímida algunas veces, no entiendo, habían veces que actuaba bien y sin temor a nada y luego volvía a complicarme solo el hablarle a una persona desconocida, el no saber que decirle o el qué dirán. El alivio fue al crecer. Intenté luchar contra ese problema que me incomodaba en cada momento, por decirlo de alguna manera, tratando de actuar natural y sin problema alguno. Costó algo pero al final pude lograrlo pero aun así no tenía muchas amigas, esas en las que puedes confiar hasta la muerte. Tal vez algún día encontraría alguna o tal vez nunca, si ocurriera eso, ya estaría acostumbrada al estar siempre sin una. Pero lo pensé bien y claramente tenía dos mejores amigas, de esas verdaderas, aunque sonara imbécil, Yun y Haneul, mis hermanas...cuanto las quiero; son parte de mi familia, lo sé, pero son ellas y conjunto con mis cercanos en los que más confió, con los que desenvuelvo más, obviamente-reí.

-¿Aun no llega?-pregunté con algo de decepción en la voz.

Me encontraba en el trabajo enfrente de la cajera, estaba algo solitario ya que llegué más temprano de lo normal, tendía a llegar tarde siempre. Tal vez esa era la etapa del restaurant la cual yo nunca había visto ni logrado presenciar nunca. La luz entraba fuertemente por los ventanales creando un calor un poco sofocante al colocarse debajo de esa fuerte luz. Unas pocas personas estaban dentro del restaurant.
Al parecer Onew no llegaba todavía, el era uno de los que llegaba temprano y había veces que me lo presumía en broma.

Sin predicción, los recuerdos de aquel domingo pasado llegaron a mi mente, el momento en el que Onew acarició mi mejilla, mi cabello, su sonrisa, el lago, la comida, su brazo en mi, sentí un vuelco en mi estomago y negué sola rotundamente con mi cabeza como sacando esas ideas de mi mente. Por supuesto, no sirvió. No podía dejar de pensar porque había hecho eso, yo no le podía estar gustando, yo no era alguien que tal vez el llegara a querer, tal vez me quería como una hermana pequeña y por eso la necesidad de cuidarme, suponía. Siempre suponiendo cosas para escaparme para lo que tal vez es la verdad. Siempre sacando escusas ¿No So Hee? Pero…no quería suponer cosas.

Con la sensación viva en mi estomago empecé por la cocina, los platos. Platos que llegaban a llenar el lavadero

“Dios, me los acumulan apropósito” bufaba.

Como pude comencé a limpiar los platos procurando que quedaran.

“¡BRILLANTES, QUE RECHINEN!” -como decía el jefe.

Sin darme cuenta ya estaba sumida en mis pensamientos. Que no me di cuenta que me quedaban ya casi tres o dos platos. A mi lado estaba la baraja de platos ya lavados.

Todo mi trabajo se vino interrumpido al escuchar una risa chillona y fingida que se escuchaba desde afuera a par de un par de pasos, levemente voltee hacía atrás, la luz ya no estaba dando tan fuerte como antes, valla que rápido pasó el tiempo.

Agachándome para divisar quien era que venía para ver si tenía que salir de ese lugar para atender, me encontré con una cabellera conocida, Onew, lo reconocí aun más segundos después por su risa, pero este estaba con otra persona, una chica casi de su porte más bien de su edad, era bonita hasta su sonrisa, tenía un hermoso pelo largo pero lamentablemente teñido de color café con bisos rubios. Los dos reían quizás de que cosa. Onew reía ampliamente mientras le dirigía la palabra y ella casi coqueta le contestaba con una dulce sonrisa. Vi como ella le colocaba la mano en su hombro.

“¡¿Por qué ella se atreve a hacer eso y yo no?!”Grité dentro de mí.

En un segundo comencé a sentir como la rabia subía por mi cuerpo, sin darme cuenta estaba apretando la esponja con lava lozas el cual se estaba derramando por mis piernas, dedos hasta el suelo. No me importó. Los seguí observando, ella reía coqueta mientras le susurraba algo en el oído y el solo reía devuelta.

“Estoy que voy para allá y además ese JinKi le sigue el juego”-pensaba apretando los labios.

Hace mucho tiempo que no sentía este sentimiento, los llamados celos, tenía una rabia de los mil infiernos, sentía todo mi tórax apretado de la rabia que sentía, mi estomago ardía en llamas. La chica se despidió con una leve inclinación para luego irse casi caminando provocativamente, Onew algo bobo entró por la puerta sin verme aun. Me di la vuelta, asustada sin saber de que como si hubiera cometido un crimen.

-¡Oh! ¡Annyeonghaseyo SoHee!-escuché a Onew gritar desde la entrada.

- Annyeonghaseyo Onew, lleg-as tarde-dije tragándome todo, fingiendo lavar un vaso que apenas podía mantener en mi mano.

-Tuve que hacer algunas cosas, al parecer llegaste antes que yo, que milagro-bromeo mientras se encaminaba a la cocina donde me encontraba yo, no reí- ¿Te ayudo en algo?-emitió el ya al lado mío.

-No, no te preocupes, ya me había ocupado de esto y ya lo empecé-reí forzadamente, el se me quedo mirando, miré hacía mis ropas y al parecer estaban llenas de lava lozas hasta el suelo y mis pies completamente chorreados de espuma. Apresuradamente comencé a limpiarme rápidamente-Esto tampoco no te preocupes solo fue una distracción nada mas-en un paso torpe que di hacia atrás, intenté tomar un paño sin mirar hacia atrás solo estirando el brazo, tiré unos servicios que estaban ordenados, con un gran estruendo algunos cayeron al suelo y otros en el mismo mesón.

Los dos reaccionamos a tirarse a recogerlos, el los del suelo y yo los del mesón pero al moverme torpemente resbale con la espuma que se encontraba en el suelo cayendo de lleno en el suelo. Creo que si yo me hubiera visto a mi misma desde el otro lado solo hubiera visto mis pies para luego desaparecer en el suelo. En un ademan de levantarme uno de mis pies resbalo de nuevo alejando algunas cucharas que se encontraban en el suelo; Onew rápidamente se acerco a levantarme con algunos servicios en la mano.

-Por dios ¿Qué te ocurre SoHee?-me preguntó Onew preocupado cuando ya me había puesto de pie, yo solo empecé a reírme, me sentía estúpida, estúpidamente idiota.

-Sabes Onew, no tengo idea-seguía riéndome sin razón.

Levante los servicios que faltaban y tome un paño pero Onew volvió a detenerme.

-SoHee, hablo enserio-lo noté en sus ojos, él hablaba enserio y yo no estaba siendo seria.

Pero ¿Qué le iba a decir? ¿Qué estaba celosa? No, así que corté mi sonrisa para parecer seria.

-Onew, te lo juro, estoy bien-me devolví a tomar el paño nuevamente- no soy algo de lo que te tengas que preocupar-me agaché a limpiar el suelo.

-¿Qué?-espetó el. Rápidamente levante la vista al darme cuenta de lo que yo acababa de decir-vamos, no digas esas cosas pero si no quieres que te moleste está bien.

-¡No!-respondí rápidamente-no quise decir eso...-me puse de pie-solo que... estoy algo cansada.

Me sentía una verdadera idiota, sentía que me pasaba de serlo, llegando a ser peor en lo idiota que Onew. Los éramos unos tontos pero yo soy me sentía más en ese momento. Esa chica seduciéndolo y el aun así sonríe sin darse cuenta y yo mirando por la ventana sufriendo de celos. Mi idea no era herirlo u ofenderlo pero aun así lo hice, eso me daba más rabia aun. Si tan solo hubiera podido hablarle con la verdad...no, no podía.

La tarde entera pase haciendo mis deberes como si fuera estuviera programada. De una cosa me pasaba a la otra, aun que a un paso lento y tranquilo. Si Onew o mis colegas me hablaban intentaba contestarles con normalidad, era lo de menos. Realizando todos los trabajos con una rabia ardiente dentro en mí, vi en mis manos platos, vasos, mesas, paredes, cocina, metal, todas acompañadas de un viejo trapo para limpiar. Ese trapo había estado desde siempre conmigo y creo que ya lo había adoptado completamente, era el único con el que limpiaba bien, no me fallaba. Muchas veces mis colegas me habían descubierto felicitando al paño con cariño, con risas curiosas me seguían observando como si estuviera loca, yo decía: “¿Qué? ¿Acaso ustedes no tienen algo que adoran?’’ y reían aun mas.

El frió caló mi rostro al estar a pasos ya afuera del restaurant, ese frio que llegan a doler los odios. Ajusté mi bufanda de lana pero aun así no me quitaba el frio, como odiaba esa bufanda, era inservible, tenía hoyos en el borde dejando entrar el aire frio por estos.

-Nos vemos la próxima semana, adiós-dijo un colega inclinándose levemente al verme fuera de la puerta.
-Adiós-me incline de vuelta. Suspire y me aire cobró vida haciéndose ver como humo saliendo por mi boca.

Caminé lentamente por la vereda en camino a la parada de buses. Sabía que debía apresurarme para alcanzar buses no llenos, pero no estaba preocupada de eso en ese momento, quería ir tranquila con lo estresada que iba.

-¡JAJAJAJA!-escuché a mis espaldas. Voltee desinteresada solo por el hecho de haber escuchado un ruido.

Divise a dos personas que muertas de la risa, juntas cruzaban la calle. Era Onew y un chico que era colega ahí en el trabajo, KyungSoo. La verdad no hablaba mucho con él pero de vista me parecía una persona cálida o eso suponía. Reían a carcajadas, tanto que por alguna extraña razón al darme vuelta también me dieron ganas de reír y sin saber por qué razón.

“Eh tenido todo el maldito día esto dentro de mi cabeza... ¿Quién sería esa chica? ¿La conocería de antes? Huy, era tan perfecta en comparación conmigo. Yo no era nada de bonita como ella. Ella tiene una tez blanca, mientras que yo tengo una tez morena. Ella unos lindos ojos que parecían de muñeca y yo unos ojos medio rasgados que más bien parecen intensos (Según yo). Cabello liso y con unas tímidas ondas y yo todo el pelo ondulado...Me siento algo decepcionada, esto aleja el pensamiento de que tal vez yo le guste a Onew…Qué más da… ¿Por qué me tiene que importar? Ash, como si Onew fuera mío...”.

Mi corazón comenzó a latir rápidamente, al tiempo que levantaba mi brazo para colocarlo en la parte donde se encontraba mi corazón, sentí su rápido ritmo palpitar en mis manos. Suspiré y seguí mi camino.

“Al parecer eso es lo que quiero ¿no?”

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