Tenía que
controlarse, era la única manera de evitar que aquello la destrozara. No quería que eso ocurriese de nuevo. Pero esa
acción era absurda, ya estaba sucediendo. Escuchaba detrás a su amigo
siguiéndole. Corrió con aun más fuerza. No debía alcanzarla, no quería hablar
de nada en ese momento. Le era imposible…No debía llorar. Había prometido no
volver a hacerlo, menos por aquel recuerdo. Creía que todo eso había quedado
guardado con llave en una caja que había sido quemada hace ya tiempo ¿De verdad
se había esfumado?
Claramente no. Apenas veía al correr. Apretaba los párpados al intentar evitar llorar. Le dolía todo dentro. Sus ojos le dolían, el nudo en su garganta aumentaba. Los recuerdos se sentían a flor de piel. Todo se volvía gris, nublado, triste…Sus últimos años de escuela volvieron a su mente. Ya no lo soportaba, echó un pequeño sollozo. No sabía de dónde había sacado tal fuerza para seguir corriendo ya que sentía que caería en cualquier momento.
Claramente no. Apenas veía al correr. Apretaba los párpados al intentar evitar llorar. Le dolía todo dentro. Sus ojos le dolían, el nudo en su garganta aumentaba. Los recuerdos se sentían a flor de piel. Todo se volvía gris, nublado, triste…Sus últimos años de escuela volvieron a su mente. Ya no lo soportaba, echó un pequeño sollozo. No sabía de dónde había sacado tal fuerza para seguir corriendo ya que sentía que caería en cualquier momento.
“Quiero volver a ser
feliz…”-se escuchó una quebrada y débil voz dentro de su mente, su propia voz
de hace unos años.
-¡Hyori!
¡Detente!-escuchó detrás de ella.
Aunque aquello que
la hubiera echó detenerse no lo logró. Nerviosa miró al frente buscando alguna
salida…que parecía lejana. No quería mirar hacia atrás, no quería volver,
quería escapar. Estaba cerca, muy cerca de su bicicleta pero cuando la logró
tocar con la yema de sus dedos algo se lo impidió. Unas manos la hicieron dar
vuelta. Quedó frente a su amigo que asustado se trataba de reincorporar. Hyori
abrió levemente sus ojos, el terror se apoderó de ella.
-¿¡Qué
ocurre!?-preguntó el jadeando-¿Qué es lo que te ocurre?
Hyori comenzó a
negar. Con pequeños pasos intentó retroceder pero nuevamente su amigo la detuvo
antes de que siguiera. Apenas lo podía ver, apenas podía sentir que ella estaba
ahí ¿Era posible? Veía todo como si ella estuviera lejos de ese lugar. Solo
veía luces. Todo estaba nublado. La voz de su amigo apenas se oía como un
murmuro Se sentía vulnerable, como si fuera de nuevo una pequeña adolecente que
no sabe nada de la vida y así se había sentido hace años. Memorias y memorias
iban de aquí a allá en su mente. Cada recuerdo que se le presentaba le iba
quitando partes curadas de ella. Con mucho esfuerzo intentaba quitarlas de su
mente pero le era inútil. Se iba desarmando, lentamente pero dolorosamente.
-¡Ya basta!-gritó a
la nada-¡Déjenme en paz!
-¡Hyori! Me estás
asustando-decía él.
Repentinamente su
amigo se aterrorizó, a Hyori le faltaba el aire y ella se esforzaba por tomar
algo de aire, le hacía falta el aire, necesitaba respirar bien. Más que eso,
quería estar tranquila. Quería que ese sentimiento la abandonara, no sabía cómo
alejarlo, no sabía cómo era que lo había alejado hace dos años y no podía
pensar en eso si el ya estaba encima. El la tomo de sus brazos para que no
cayera y la dirigió a un lugar con aire.
“¿Tan difícil?”-otra
voz retumbó en su mente.
La desesperación de
apoderaba de ella. Quizás no podría salir de ese vacío. Quizás nunca había
salido de él. Quizás le era imposible seguir adelante. Tal vez para ella
siempre su destino había sido sufrir cosas que ya habían pasado por lo débil
que era. Era un tipo de castigo, un horrible y triste castigo ¿Esa era la
razón? Su amigo seguía hablándole pero ella no tenía idea que era lo que le
intentaba transmitir. No podía entenderle, aunque quisiera. Sentía que la
zarandeaba.
-¡Hyori
reacciona!-le gritó su amigo.
A Hyori le clavaron
una imaginaria estaca en el pecho. Esas pequeñas palabras habían sido
exactamente las mismas que hace unos años alguien importante le había dicho
ante su actitud. La oscura sala de clases a la mitad de la tarde, solitaria,
solo con dos personas dentro, ella y su amiga, vino a su mente. Tiró otro
sollozo, no quería recordar nada. Le dolía tener que solo pensarlo e incluso
sin su voluntad. Verdaderamente ella había creído que había logrado salir de
aquel dolor pero ya estaba dentro de nuevo. Comenzó a llorar, sin remedio,
comenzó a llorar.
-¡Hyori!-escuchó
ella esta vez claramente la voz de su amigo.
Tal vez eso era, no
había cura, no había remedio. Se le habían acabado las vendas luego de tantos
años curándose apenas y ya no había vuelta atrás. No había cicatrizado nunca. Se
tapó la cara con sus manos. Ese recuerdo la había marcado de tal manera que la
hacía añicos. Las sonrisas, las palabras, las penas, todo lo pasado le hería
demasiado. Hyori tiró un grito al llorar.
“No volveré”-escuchó
en su mente, nuevamente la voz de un recuerdo. Hyori volvió a estremecerse.
El amigo de Hyori
estaba completamente atónito, no sabía qué hacer ¿Qué le estaba ocurriendo a
Hyori? Quería saberlo, pero le era imposible, ella estaba destrozada y tenía
que ayudarla de algún modo. La culpa se masificaba dentro del, tal vez por su
culpa se sentía que esa manera. No lo pensó más y la rodeo con sus brazos sin
esperar que fuera correspondido. Tenía que hacerle saber que él estaba con ella
y que de algún modo se sintiera segura. Si era su culpa tenía que remediarlo,
tenía que hacerlo…pero ese no era el momento, ella estaba mal, sentía que ella
estaba pidiendo ayuda a gritos. La abrazó con todo su ser, entregándole todo lo
que podía transmitir por un abrazo. De un momento a otro Hyori sintió una
cálida luz en su oscuridad. Unos brazos la habían rodeado, sentía su
protección, sentía su intento de ayuda…Entonces era ¿La salida? ¿Había
encontrado la salida? ¡Donde estaba! Estiró sus manos para encontrarla con
desesperación y dio con una persona. Casi inmediatamente las palabras salieron
solas.
-Minho…-susurró
ella.
-Si soy Minho y
estoy contigo…estate tranquila que estoy a tu lado-dijo nervioso, sintiendo el
temblar de su amiga. Estaba realmente preocupado, era demasiado extraño que
Hyori actuara de esa manera. Nunca la veía en ese estado tan deplorable, era
raro en ella que se viera así de triste ¿Qué le habría ocurrido? ¿Era su culpa?
Apretó sus párpados rezando de que no fuera su culpa, no se lo perdonaría, no
se perdonaría haber lastimado a Hyori. Colocó su palma en el cabello de Hyori
para acariciarlo.
-Tranquila-murmuró.
“Nunca había
conocido a alguien como tú”-escuchó por última vez dentro de sus recuerdos.
Esto la destrozó aun más, ese recuerdo dio completamente en el punto fijo y
débil. Su pecho estaba totalmente contraído, su rostro estaba completamente
empapado en lagrimas, quizás la chaqueta de Minho también lo estaba. No podía
permitir que su mente se adentrara aun más en aquellos recuerdos, no podía.
Tenía que detenerlo…Cuando estaba por recordar algo que aun más la quemaría
abrazó a Minho con todas sus fuerzas, casi aferrándose a él, casi haciéndole
saber que no quería caer, transmitiéndole que tenía miedo.
~-~-~
Ya era de noche.
Quién sabe qué hora, no le importaba. Solo veía luces de aquí a allá. Le había
mentido a Minho al decir que ya estaba bien y tranquila, la verdad estaba aun
nerviosa pero no tanta como el principio. Le rogó a Minho que no le preguntara
nada, que hiciera como que nada de eso había ocurrido y que no se preocupara
pero como lo conocía el de alguna forma sacaría a flote aquel suceso en algún
momento. Pero eso no era lo importante, ella tenía miedo, miedo a que ese sentimiento
permaneciera con ella mucho tiempo, el suficiente para dejarla en el estado más
vulnerable que podía existir como había caído hace años. Esos malditos
recuerdos, que aunque fueran del pasado seguían hiriendo hasta lo más fuerte
que poseía en su favor. Ahora se sentía mal de haber abrazado a Minho ahora se
acercaría a ella y todo volvería a suceder de nuevo, tenía miedo de volver a
verlo, tenía miedo de que todo volviera a ser tan impactante como lo había sido
al él intentarse declarar. Negó.
Le tocaron la bocina
varias veces, al parecer se había desviado un poco en el camino. Iba arriba de
su bicicleta, sabía que era peligroso en ese estado, pero seguía en ella de
todos modos. No le importaba nada más que llegar a casa y dormir para despertar
creyendo que todo había sido solo una pesadilla. Aun se aguantaba las ganas de
querer largarse a llorar. Tomaba grandes cantidades de aire para evitar llorar.
Le pesaba la cabeza, seguía aun nerviosa, le sudaban sus manos, temblaba. El
olor a vehículos la asfixiaba aun más. ¿Cómo podía ser que aun esos recuerdos
la destrozaran de esa manera? ¿Por qué? ¿Por qué no podía seguir su vida
tranquila? ¿Por qué le tenían que ocurrir esas cosas? ¿Solo por haber sido una
débil y sensible chica? ¿Acaso eso era? ¿Por qué si alguien tocaba el tema
“amor” causaba tal reacción en ella? Cerró los ojos por unos segundos al sentir
un terrible dolor dentro de ella. Inmediatamente la llenaron de bocinazos,
nuevamente ella se desviaba del camino. Abrió los ojos lentamente, no le preocupaba
ni lo más mínimo las bocinas que apenas escuchaba con claridad ni menos que se
estaba desviando del camino.
-¡Señorita!
¡Señorita! ¡Muévase a la vereda!-escuchó Hyori. En todo el tiempo que había
pasado nadie le había gritado, esto despertó su atención, miró hacia su lado
derecho. Un señor le indicaba con la mano que se corriera, el señor se veía
preocupado ¿Por qué se preocuparía de un chica cualquiera si todos los demás
solo le había tocado molestos la bocina?
¿Ahora perdía la
noción de las cosas?
Ya comenzaba a
conocer el lugar en el que estaba. Las luces ya no brillaban tanto como de
donde venía, aquí eran menos. En media hora ya estaría en su casa…sintió un
vuelco en su estomago al pensar que estaría sola con ese vació que siempre
había en su solitaria casa. Por una extraña razón en esos momentos no quería
estar sola, menos vivir sola…sintió deseos de que estuviera su madre ahí ¿Sería
bueno llamarla? No, no, ella creería que lo que le ocurría eran tonterías…como
siempre lo creyó y le diría que eso pasaba que eran cosas mías. Aunque si lo
pensaba bien por sobre le digiera eso quería estar con ella...Pero era
completamente lejano que se pudieran ver así como si fuera fácil. Ella estaba
fuera de la ciudad, estaban separadas…por el trabajo y por el seguir adelante.
Suspiró desganada.
Algo la desconcentró
totalmente ¿Qué había sido eso? ¿Qué era lo que acababa de ver a su izquierda?
Pestañeó extrañada. Ya había pasado de largo y miraba hacía al frente aun algo
atónita, no logró ver nada del todo bien. No sabía si darse la vuelta o seguir,
tal vez no era nada y había sido su imaginación o quizás era algo que debía de
ver. Se mordió un poco el labio ¿Tenía que darse la vuelta?... ¿Qué había sido
eso tan extraño había visto? Le dio un
salto en el corazón y los nervios la calaron. Inmediatamente le dio fuerte giro
al manubrio. Creyó haber encontrado la respuesta y ya iba de vuelta.

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