Seguía controlando mis sentimientos aunque los evitara. Yo era iluso, perdiéndome en aquellas pequeñas palabras que quizás era de total poca importancia para ella y que en mí terminaban causando total revuelo. Me perdía toda la noche dibujando su rostro en mi fantasiosa y débil imaginación ante tal belleza que tenía presente cada tarde de mi vida diaria, me era imposible no pensar en esta. Caía con cada pequeña y tímida sonrisa que me brindaba haciendo que nuevamente que una grave enfermedad se formara en mi corazón.Cada día que pasaba temía que notara los sentimientos que tenía hacia ella. Todo dentro de mí se descontrolaba y todo lo que yacía ordenado volvía a desmoronarse convirtiéndose en un dulce sueño. El hablar con una fingida tranquilidad quizás aminoraba el que me pudiera leer con tan solo una mirada y ayudaba a controlar la gran situación conflictiva que había dentro de mí. Pero ¿de que me servía si de una u otra forma mi corazón no lo deseaba así? ¿De que me servía si cada latido latía por ella? Honestamente verla sonreír cambiaba todo mi fallido plan de evitar todo.

